Zeus (
Júpiter, mitología romana), era el dios del cielo y soberano de los dioses olímpicos, en definitiva, el dios supremo. Se le consideraba también el padre de todos los dioses y los hombres aunque en el sentido de protector y no de creador directo. Como se ha dicho era el señor del cielo y de la lluvia y el creador de las nubes que controlaba con su temible rayo desde su trono dorado, una de las armas más poderosas del Olimpo. Su arma principal era la égida que entregó a Atenea, su ave era el águila y su árbol, el roble y también la encina, ambos símbolos de fortaleza. A Zeus, o Júpiter como se le conocía en Roma, se le dedicaron muchos templos entre los que destacan el de Dódona y el de Olimpia, donde se celebraban los juegos olímpicos que junto con los de Nemea estaban dedicados en su honor. Los padres de Zeus fueron el titán Cronos y la titánida Rea y tuvo muchos hermanos importantes como Poseidón, Hades, Hestia, Démeter y Hera. Los hijos de Zeus son muy numerosos, fruto de sus múltiples relaciones con diosas y mujeres mortales, a pesar de su boda con su hermana Hera, y que dotan a Zeus de un carácter lascivo que la iconografía griega intentó evitar en algunos momentos de su historia.
Entre sus hijos cabe destacar a Ares, dios de la guerra, Hebe, de la juventud, Hefesto, del fuego, Atenea, de la sabiduría y las artes, o Ilitía, diosa del parto. Zeus alcanzó el poder del mundo derrotando a su padre Cronos pero, a su vez, su gobierno fue disputado por los gigantes, hombres de colosal tamaño, con cincuenta cabezas y piernas y que era sus enemigos. Se organizó una guerra entre los gigantes y los dioses del Olimpo y los primeros lograron la supremacía durante mucho tiempo, pero, con grandes esfuerzos, los dioses abandonaron la guarida en Egipto a la que habían huido, salvo Dionisio, y con la ayuda de Hércules (no el Hércules héroe que todos conocemos) vencieron a los Gigantes. Sin embargo, se abrió una época de crimen en el mundo en el que tiranos y reyes ejercían todo de tipo de derechos, injustos para los demás, como Licaón y Zeus decidió enviar un diluvio que destruyó a la raza humana salvo a Deucalión y a su mujer. Zeus es representado de forma majestuosa y sabia acompañado de un águila con sus mismos rasgos.