Hímero era el dios del impulso sexual, por lo que a menudo acompañaba a Eros y a Afrodita. Su padre fue el rey Lacemedón. Un día Afrodita celebró una fiesta a la que asistió también Hímero, quien llamado por sus impulsos violó a su hermana, a quien no había distinguido entre la oscuridad de la celebración. Cuando se dio cuenta y reconoció a su hermana, Hímero tuvo miedo de sí mismo y se suicidó tirándose a un río cercano, que, desde entonces, lleva su nombre. A veces se confunde con Poto, dios del deseo y la pasión.