Fineo era un rey de Bitinia que se casó en segundas nupcias con Idea, una de las hijas de Dárdano. Idea, que era una mujer tremendamente perversa, además de celosa y posesiva, guardaba una profunda enemistad con los hijos de Fineo, obtenidos de su primer matrimonio y decidió deshacerse de ellos. Para lograrlo, inventó la historia de que habían conspirado contra su padre y Fineo, que enamorado de su esposa no dudó un instante de su palabra y no se molestó en hacer averiguaciones, mandó que sacaran los ojos a sus hijos y los echó del palacio. Ante tanta crueldad y sobre todo, provocada ésta por una falacia, los dioses castigaron a Fineo con la ceguera y decidieron que las Arpías le perseguirían implacablemente. El castigo que éstas decidieron fue sumamente cruel. Cuando ellas estaban cerca de Fineo éste sentía una poderosa sensación de hambre y las Arpías le quitaban la comida, se la envenaban o defecaban sobre su plato. Los cuñados de Fineo, Calais y Cetes, se conmovieron de su situación y decidieron arrojar a esas bestias inmundas de Bitinia persiguiéndolas por el mar hasta que se internaron en su residencia. Según otras leyendas el castigo a Fineo estuvo motivado por su agudeza profética y Calais y Cetes sólo le liberaron siguiendo las órdenes de Jasón, quien obtuvo a cambio información sobre el vellocino de oro.
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