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Channel: Seres Mitológicos y de la Noche - El Mundo de la Fantasía
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La Caja de Pandora

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La caja de Pandora es un artefacto de la mitología griega, tomada del mito de la creación de Pandora, que fue la primera mujer creada por Hefesto por orden de Zeus. La historia cuenta que Zeus, deseoso de vengarse de Prometeo por haber robado el fuego y dárselo a los humanos, presentó al hermano de éste, Epimeteo, una mujer llamada Pandora, con quien éste se casó. Como regalo de bodas, Pandora recibió un misterioso pithos —una tinaja ovalada, aunque actualmente sea citada como una caja— con instrucciones de no abrirlo bajo ninguna circunstancia. Los dioses habían otorgado a Pandora una gran curiosidad, por lo que decidió abrir la tinaja para ver qué había dentro. Al abrirlo, escaparon de su interior todos los males del mundo. Comprendiendo el grave error cometido, rápidamente cerró el recipiente, pero ya era demasiado tarde: todos los males ya habían sido liberados. Solo uno permaneció en el fondo: Elpis, el espíritu de la esperanza. Hoy en día, abrir una caja de Pandora significa una acción en apariencia pequeña o inofensiva, pero que puede acarrear consecuencias catastróficas.Cuando Prometeo, uno de los titanes, creó la raza humana, Zeus se mostró enormemente celoso de su hazaña y ordenó a Hefesto que formara a una mujer, para dársela como premio por sus labores a Prometeo, pero también como forma de sentirse superior a él. Hefesto modeló arcilla y consiguió crear a dicha mujer, llamada Pandora. Pandora nació con una enorme belleza y todos los dioses quedaron prendados de su hermosura, colmándola de dones. Atenea le concedió sabiduría, Hermes le dio elocuencia y Apolo dotes para la música. Zeus por su parte, añadió a todos estos presentes una hermosa caja, que se suponía contenía inmensos bienes y presentes para Prometeo, pero, con todo, ordenó a Pandora que no la abriera bajo ningún concepto, lo que ello prometió a pesar de su curiosidad.

Fue así entonces como Pandora y su caja fueron ofrecidos a Prometeo, quien, astuto y precavido rechazó a ambas y le indicó a su hermano Epimeteo que, como había hecho él, desconfiara de cualquier regalo de Zeus. Sin embargo, Epimeteo se enamoró locamente de Pandora nada más verla y se desposó con ella aceptando la caja como dote. Entonces, Epimeteo, de una ávida curiosidad, abrió la caja, de la que no salieron más que horribles males, enfermedades, guerras, hambres y otras calamidades. Horrorizado, intentó cerrarla, pero sólo consiguió retener dentro la esperanza, que ayuda desde entonces a todos los hombres a soportar los males de la caja de Pandora, extendidos por toda la faz de la tierra. Prometeo, que era benefactor de los seres humanos, se vengó con Zeus, aunque eso le costó múltiples sufrimientos.

Otras fábulas afirman que fue Pandora quien abrió la caja. También existe otra versión según la cual la caja contenía múltiples bienes para la humanidad, pero éstos eran destruidos al abrir la caja, o bien, huían de ella.

Pegaso

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En la mitología griega, Pegaso era un caballo alado. Pegaso fue el primer caballo que llegó a estar entre los dioses. Pegaso era el caballo de Zeus, dios del Cielo y de la Tierra. Pegaso nació del chorro de sangre que brotó cuando Perseo cortó la cabeza a Medusa. Ésta era una de las tres hermanas Gorgonas: las otras eran Esteno y Euríale. Suele representarse en blanco o negro y tiene dos alas que le permiten volar. Una característica de su vuelo es que cuando lo realiza, mueve las patas como si en realidad estuviera corriendo por el aire. Según las fuentes clásicas, Perseo no llegó a volar montado en Pegaso, puesto que lo hacía gracias a unas sandalias aladas; sin embargo, muchos artistas renacentistas lo representaron volando en este caballo.Pegaso (Pegasus) era un caballo alado que nació de Poseidón y de la górgona Medusa, de cuyo cuello salió Pegaso cuando el héroe Perseo la venció y mató. Al poco tiempo de nacer, Pegaso dio una coz en el monte Helicón y en el acto empezó a fluir un manantial que parece ser la fuente de la inspiración divina y que se consagró a las Musas. Animados por este hecho y por el carácter mágico del magnífico caballo, fueron muchos los que intentaron atraparlo, aunque sin mucho éxito. Sin embargo, para Belerofonte, atrapar a Pegaso fue una obsesión.

Belerofonte, que era príncipe de Corintio, pasó la noche en un templo de Atenea siguiendo el consejo de un adivino y ésta se le presentó de madrugada con una brida de oro indicándole que con ella podría atrapar a Pegaso, como así fue. El manso Pegaso se convirtió en una gran ayuda para Belerofonte que lo empleó en sus muchas aventuras contra las Amazonas y la Quimera, monstruo horrendo. Una vez, sin embargo, el henchido de orgullo Belerofonte intentó subir hasta el Olimpo, y allí, Pegaso, que no quería acercarse a los dioses, lo dejó caer, mientras Belerofonte vagaba sin rumbo por el mundo, rechazado por los dioses. Desde entonces, Pegaso se quedó en los establos del Olimpo y se convirtió en el medio de transporte del trueno y el rayo de Zeus.

Medusa

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En la mitología griega, Medusa era un monstruo ctónico femenino, que convertía en piedra a aquellos que la miraban fijamente a los ojos. Fue decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad clásica, la imagen de la cabeza de Medusa aparece representada en el artilugio que aleja el mal conocido como Gorgoneion.Medusa era una de las tres Górgonas, las horrendas hijas de Forcis, uno de los dioses marinos y Ceto. Medusa al nacer estaba cubierta con todos los encantos personales que puedan imaginarse y admirados todos aquellos que la veían la felicitaban y alababan su hermosura, en especial, sus cabellos. Además, tenía muchos pretendientes. Sin embargo, Medusa, terriblemente engreída, se atrevió a afirmar que era superior a la diosa Atenea y por supuesto, mucho más bella que ella. Atenea no esperó más y convirtió a Medusa en una horrible mujer transformando en serpientes sus cabellos, cubriendo su cuerpo de escamas, le dio dos alas en la espalda, desfiguró su rostro, agrandó los dientes de Medusa convirtiéndolos en colmillos y la obligó a vivir siempre con la lengua fuera. No contenta con esto, también convirtió a sus hermanas. Se ha llegado a decir que las Górgonas compartían un solo diente, un solo ojo y un solo cuerno que se intercambiaban alternativamente. Como castigo aún mayor, Atenea embrujó a Medusa de tal forma que todo aquel que pudiera verla en su horrenda fealdad sería convertido en piedra.

Tiempo después, el héroe Perseo, joven galante pero insensato, organizó una expedición para ir en su busca y matarla. Como ayuda, recibió el escudo de Atenea, la espada de Hermes y su talar y un casco dado por Hades que le convertía en invisible. Perseo atravesó el océano en su busca y la halló durmiendo, así como todas sus culebras. Entonces, movido su brazo por Atenea, ya que no podía mirar a Medusa, le cortó la cabeza y la mató. Las otras górgonas intentaron vengarse pero Perseo escapó sin problemas. Como resultado de la muerte de Medusa nació Pegaso. Más tarde, el héroe utilizó la cabeza de Medusa para defenderse del temido gigante Atlas pues se la lanzó y éste quedó convertido en montaña.

Gorgonas Mitologia Griega

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Las Górgonas eran tres horrendas mujeres nacidas de la unión entre Forcis, dios del mar y Ceto. Las Górgonas, parecidas a dragones, debieron su aspecto al encantamiento sufrido por Medusa. Las Górgonas, que eran Medusa, Esteno y Euríale vivían en lo más alejado del mundo habitado porque convertían en piedra a todo el que las viera. Todas menos Medusa, eran inmortales.

Aracne Mito

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En la mitología grecorromana, Aracne fue una gran tejedora que alardeó de ser más habilidosa que la diosa Atenea, que tiene su equivalente en la romana Minerva, diosa de la artesanía y la sabiduría. Minerva, ofendida, entró en competición con Aracne, pero, según cuenta Ovidio, no pudo superarla. Además, el tema elegido por Aracne, los amores de los dioses, fue ofensivo, y Minerva la transformó en una araña.Aracne vivía en Colofón y allí era una famosa trabajadora de las labores del bordado, de tal forma que recibía encargos de todas partes del mundo y muchas visitas que contemplaban llenos de placeres sus primorosas obras. Aracne como joven era insensata y poco precavida y un día lanzó un desafío a la propia Atenea quien aceptó competir con ella por el puesto de mejor tejedora.

Terminado el trabajo pudo observarse cómo la creación de la diosa era bastante perfecta pero también cómo la de Aracne era de una belleza sin par. Ésta había representado diversos episodios de la mitología y era especialmente hermosa la representación de Zeus y la lluvia de oro que le acompañaba. Atenea, que había representado el esplendor de los dioses y diosas del Olimpo, no pudo encontrar desperfecto alguno en la obra y llena de envidia la destruyó por completo. Posteriormente, según una versión Aracne quedó presa en los hilos y estuvo a punto de morir estrangulada. Según otra leyenda, fue la propia Aracne la que intentó suicidarse llena de dolor por la destrucción de su magnífica pieza. En ambos casos Atenea se apiadaba de ella y la convertía en araña, forma que desde entonces se dedica a hilar.

Fineo y Las Arpias

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Fineo era un rey de Bitinia que se casó en segundas nupcias con Idea, una de las hijas de Dárdano. Idea, que era una mujer tremendamente perversa, además de celosa y posesiva, guardaba una profunda enemistad con los hijos de Fineo, obtenidos de su primer matrimonio y decidió deshacerse de ellos. Para lograrlo, inventó la historia de que habían conspirado contra su padre y Fineo, que enamorado de su esposa no dudó un instante de su palabra y no se molestó en hacer averiguaciones, mandó que sacaran los ojos a sus hijos y los echó del palacio. Ante tanta crueldad y sobre todo, provocada ésta por una falacia, los dioses castigaron a Fineo con la ceguera y decidieron que las Arpías le perseguirían implacablemente. El castigo que éstas decidieron fue sumamente cruel. Cuando ellas estaban cerca de Fineo éste sentía una poderosa sensación de hambre y las Arpías le quitaban la comida, se la envenaban o defecaban sobre su plato. Los cuñados de Fineo, Calais y Cetes, se conmovieron de su situación y decidieron arrojar a esas bestias inmundas de Bitinia persiguiéndolas por el mar hasta que se internaron en su residencia. Según otras leyendas el castigo a Fineo estuvo motivado por su agudeza profética y Calais y Cetes sólo le liberaron siguiendo las órdenes de Jasón, quien obtuvo a cambio información sobre el vellocino de oro.

El salto de Leucade

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Venus, que añoraba a Adonis y lloraba sin cesar su muerte, recurrió a la ciencia de Apolo, que le aconsejó que realizase el salto de Léucade. Obedeció la diosa y quedó en extremo sorprendida al ver que salía de las aguas tranquila y consolada. Este remedio era reputado como infalible. La gente acudía a Léucade desde las más alejadas regiones. Se preparaban por medio de sacrificios y ofrendas, y se comprometían por medio de un acto religioso, persuadiéndose de que con la ayuda de Apolo sobrevivirían al peligroso salto; y que, desterrando para siempre las cuitas del amor, recobrarían la calma y la felicidad.Léucade es una isla que se halla en el mar Jónico, cerca de Corfú. Es famosa porque posee un alto promontorio desde el cual se tiraban al mar los amantes heridos que querían olvidar sus penas y curar su pasión. Afrodita, que no sabía cómo olvidar a Adonis, se lanzó desde este promontorio por consejo de Apolo, y para su asombro, salió intacta de las aguas. Tras esto el remedio se convirtió en ampliamente famoso y de todas las regiones de la tierra llegaban múltiples enamorados, que, después de realizar diversos sacrificios y ofrendas se comprometían religiosamente con un acto del que creían les defendería Apolo, y que serviría para olvidar sus penas y recobrar la felicidad.

De esta costumbre, que es verídica, hay constancia de que ninguna mujer la pudo pasar y que pocos hombres lo consiguieron, entre ellos el poeta Nicóstrato. Cuando las caídas disminuyeron por la peligrosidad del acto, los sacerdotes de la zona idearon un sistema de hilos al pie del peñasco que impedía realizarse daños a los saltadores. Luego, como aún había personas recelosas de tal obra, se celebraban todas las ceremonias como había costumbre pero el salto no lo realizaba una persona sino que se lanzaba un cofre lleno de plata, y el valor era el mismo.

Eco Mitologia

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En la mitología griega, Eco es una oréade (ninfa de la montaña) del monte Helicón que amaba su propia voz. Fue criada por ninfas y educada por las Musas.Eco era una ninfa de la montaña a quien Zeus persuadió para que entretuviera a su mujer Hera que, terriblemente celosa, perseguía a su marido por todas partes. Eco se dispuso a cumplir lo acordado con una charla incesante y Hera, enfadada, harta y aburrida quitó a Eco la capacidad de hablar. Desde entonces, Eco sólo podía repetir la última sílaba de las palabras que oyera. El sufrimiento de Eco no quedó aquí porque se enamoró de Narciso y lo persiguió por todos lados: bosques, desiertos, mares o fuentes. Sin embargo, Eco no podía confesar su amor a Narciso, pero un día, cuando éste se apartó del camino con el que paseaba con sus amigos y se internó en el bosque, Narciso empezó a llamar diciendo hay alguien aquí?" y Eco respondía "Aquí, aquí". Narciso contestó "Ven" y Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos diciendo "ven, ven". Narciso, a pesar de todo, al verla, se negó a aceptar su amor con cruel desdén. Eco, que se lamentaba de su desdicha, pero también de todos aquellos actos vergonzosos que había llevado a cabo en busca de la atención de Narciso, se escondió en la roca más profunda del bosque y allí se fue consumiendo hasta morir, aunque quedó su voz y sus huesos, que fueron transformados en peñascos, para más horror de su final.

Narciso Mitologia

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En la mitología griega, Narciso era un joven muy hermoso. Las doncellas se enamoraban de él, pero éste las rechazaba. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta la había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Por tanto, era incapaz de hablarle a Narciso por su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: «¡Ven!». Después de responder: «Ven», Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que sólo quedó su voz.Narciso era un joven muy bello hijo del río Céfiso y de la ninfa Liríope. Debido a su gran belleza todas las personas que le rodeaban, incluidos muchachos, se enamoraban de él pero Narciso rechazaba a todos con idéntico desdén. Una de las mujeres que sufrió su abandono fue Eco, quien se consumió en unas rocas intentando consolar su sufrimiento. A causa de los males que Narciso había provocado a Eco, la diosa de la venganza divina, Némesis, castigó a Narciso haciendo que se enamorara de sí mismo, a través de su propia imagen reflejada en las aguas. Pasó el tiempo en esta posición, y sujeto por su pasión, terminó tirándose a las aguas y muriendo ahogado. Donde su cuerpo cayó creció una bonita flor que hizo honor a su nombre y a su belleza.

Bato Mitologia

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Bato era un pastor que trabajaba en los bosques del rey Neleo. Cuando Hermes, siendo joven, robó el rebaño a Apolo, Bato fue el único testigo de tal suceso. Debido a ello, Hermes, temeroso de que le denunciase le ofreció un ternero a cambio de su silencio, y Bato aceptó gustoso el trato. Sin embargo, Hermes, que era sumamente cuidadoso y muy prudente, sospechó que el pastor no le sería muy fiel, así que adoptó otra forma humana y se acercó a Bato ofreciéndole en buey y un vestido completo a cambio de que le indicase lo sucedido y el lugar exacto donde Hermes había escondido los rebaños. Bato no tardó en contarlo todo. Hermes, sumamente indignado por lo ocurrido lo convirtió en piedra de toque, indiscreta como Bato y que no sabe ocultar nada porque pone de manifiesto la naturaleza de los metales al frotarlos con su superficie.

Las Sirenas

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En el marco de la mitología griega, las sirenas son criaturas ligeramente difusas debido al remoto y rico trasfondo de su origen, probablemente ligado al mundo de los muertos. Según los mitos originales, se trataba de seres con cuerpo de pájaro y rostro o torso de mujer, que inequívocamente se distinguen siempre por el hecho de tener una voz musical, prodigiosamente atractiva e hipnótica. La tradición las hacía habitar en una Isla del Mediterráneo frente a Sorrento, en la costa de la Italia meridional (en ocasiones se alude concretamente a Capri).Las Sirenas eran el equivalente a las ninfas pero en el mar pues residían en la zona de Sicilia cerca del cabo Pelore. Sus padres fueron Calíope y el río Aqueloo, según unas versiones y Forcis o Gea según otras, el número exacto de ellas no está totalmente claro, hay quien afirma que eran tres pero también se dice que fueron cinco e, incluso ocho. El cuerpo de las sirenas, a pesar de que vivían en los océanos y de lo que tradicionalmente se ha representado, estaba formado por un cuerpo de ave y un rostro de mujer, por lo tanto, no tenían aletas, sino alas. Las sirenas detentaban una voz de inmensa dulzura y musicalidad y se prodigaban en cantos cada vez que un barco se les acercaba, por lo que los marineros, encantados por sus sonidos, cuando no podían huir de ellas se arrojaban al mar para oírlas mejor pereciendo irremediablemente. Sin embargo, si un hombre era capaz de oírlas sin sentirse atraído por ellas una de las sirenas debería morir. Fue esto lo que propició el héroe Odiseo, más conocido como Ulises.

Cuando Odiseo estaba viajando en barco en una de sus muchas hazañas halló a las sirenas y para evitar su influjo ordenó a sus tripulantes, según consejo de Circe, que se taparan los oídos con cera para no poder escucharlas mientras que él se ató al mástil del barco con los oídos descubiertos.

De esta forma, ninguno de sus marineros sufrió daño porque no oyeron música alguna mientras que Odiseo, a pesar de que había implorado una y otra vez que lo soltaran se mantuvo junto al poste y pudo deleitarse con su música sin peligro alguno. En consecuencia, una de las sirenas tuvo que perecer y esta suerte le sobrevino a la sirena llamada Parténope. Una vez muerta las olas la lanzaron hasta la playa y allí fue enterrada con múltiples honores. En su sepulcro se instaló después un templo. El templo se convirtió en pueblo, y finalmente el lugar donde fue enterrada esta sirena se transformó en la próspera Nápoles, llamada antiguamente Parténope. También existe otra leyenda acerca de las sirenas que afirma que los Argonautas también sobrevivieron a su influjo porque Orfeo, que les acompañaba, cantó tan maravillosamente que anuló completamente su seductora voz.

Lamias Mitologia

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Lamia es una criatura femenina de la mitología y el folclore grecolatinos, caracterizado como asusta niños y seductora terrible. En este último aspecto, constituye un antecedente de la vampiresa moderna. Se la concibe como un personaje individual, pero también como el nombre genérico de un tipo de monstruos (las lamias). A menudo se la asocia con figuras similares de la cultura griega (Empusa) o hebrea (Lilith). En el folclore neohelénico, vasco, gallego y búlgaro encontramos tradiciones sobre lamias, herederas de la tradición clásica.Las Lamias eran similares a las Sirenas ya que como ellas vivían en el mar y atraían a los viajeros gracias a su armoniosa voz. Sin embargo, tenían cuerpo de pez con una larga cola y en vez de manos poseían unas fuertes garras con las que atacaban y devoraban a todas aquellas personas que se les acercasen para admirar sus melodiosos cantos. Eran, pues, unos personajes extremadamente siniestros.

Endimion

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Endimión era hijo de Etlio y Cálice, hija de Eolo. Llevó a una parte de los eolios desde Tesalia hasta Élide, donde desplazó a Clímeno, el cretense, hijo de Cardis proclamándose rey de Élide. Otras fuentes citan en cambio que fue su padre Etlio el primer rey de Élide, sucediéndole Endimión en el trono. Su esposa es llamada de varias maneras: Neis, Ifianasa, Asterodia, Cromia o Hiperipa. Sus hijos fueron Epeo, Peón, Etolo y Eurícide. Se le considera uno de los precursores de los Juegos Olímpicos ya que hizo que sus hijos corriesen una carrera en Olimpia cuyo vencedor sería el heredero del trono. Venció Epeo, quien le sucedió.Endimion fue un joven de enorme belleza rey de Elis que, según diversas fuentes, pudo dedicarse a las labores de pastor o de cazador. La versión más común es que era un pastor que trabajaba en el monte Lamos en la región de Caria del que se enamoró Selene, la diosa de la luna. Ésta lo visitaba cada día cuando dormía en su cueva, y, a pesar de que le dio cincuenta hijas, Endimión yacía siempre en un constante sueño que Selene le había provocado para impedir que la abandonara.

Según otras versiones el sueño eterno de Endimión se debe a Zeus quien le ofreció el sueño eterno como modo de mantenerse siempre joven o en castigo por haberse enamorado de Hera, la mujer de Zeus.

También se ha afirmado que Artemisa se enamoró de él pero sólo en la medida en que ésta y Selene se confunden a menudo. A pesar de todas estas leyendas, Endimión era un sabio astrónomo de la región citada que pasaba las noches observando los astros mientras la luna iluminaba sus labores. Su arduo trabajo le hacía a veces quedarse dormido. Los mitos refieren el sueño eterno en símbolo de que la ciencia y la sabiduría de un hombre pueden convertirlo, a través de su memoria, en inmortal.

Sacrificio de Alcestis por Admeto

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Alcestis o Alcestes, era la bella hija de Pelias, rey de Yoco, en Tesalia, y tenía muchos pretendientes que la pedían en matrimonio sin cesar. Su padre para evitar los quebraderos de cabeza propios de la situación, juró que sólo entregaría la mano de su hija a aquel que fuera capaz de montar en un carro tirado por dos bestias de diferente especie. Admeto, rey de Feras, logró con la ayuda de Apolo, a quien antes había protegido, domesticar un león y un jabalí con los que cumplió la voluntad de Pelias y montó el carro de Alcestis, quien se casó con él sin ningún pesar.

Poco tiempo después de la feliz boda, Admeto cayó gravemente enfermo pero el oráculo afirmó que salvaría su vida si otra persona moría en su lugar. Alcestis, terriblemente enamorada, hizo acopio de todo su valor y bebió un peligroso veneno como único método de salvar la vida de su esposo. Efectivamente Admeto se recuperó y ese mismo día llegó a la región Heracles (Hércules), a quien Admeto dio grandes tributos y atendió con toda la cortesía y hospitalidad. Heracles, en agradecimiento, enterado de lo ocurrido, bajo a los infiernos y allí, luchando con todos los dioses del Hades, pudo rescatar a Alcestis, quien regresó junto a su marido.

Edipo

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Edipo era un rey mítico de Tebas, hijo de Layo y Yocasta que, sin saberlo, mató a su propio padre y desposó a su madre.Edipo fue un desventurado príncipe tébano, hijo de Layo y de Yocasta. Poco antes de que ambos se casaran el oráculo de Delfos les advirtió de que "el hijo que tuvieran llegaría a ser asesino de su padre y esposo de su madre". Layo, nada más nacer su primogénito encargó a un íntimo conocido que matase al niño, pero dicha persona, dubitativa entre la lealtad al rey y el horror que le producía la orden encomendada, perforó los pies del bebé y lo colgó con una correa de un árbol situado en el monte Citerón. Forbas, un pastor de los rebaños del rey de Corintio escuchó los horribles lamentos y lloros del bebé y lo recogió entregándoselo para su cuidado a Polibio, cuya esposa Peribea se mostró encantada con el bebé y lo acogió amorosamente en su seno, dándole por nombre Edipo, que significa "el de los pies hinchados".

El joven Edipo tenía catorce años cuando se mostró enormemente ágil en todos los juegos gimnásticos levantando la admiración de muchos oficiales del ejército que veían en él a un futuro soldado. Uno de sus compañeros de juegos, corroído por la envidia que le producían las capacidades de Edipo le echó en cara, para insultarle, que no era más que un hijo adoptivo sin honra ninguna. Ante tal hecho, Edipo, atormentado por las dudas a menudo preguntó a su madre por su procedencia, pero Peribea que veía más mal en la verdad siempre se esforzó en persuadir a Edipo de que ella era su auténtica madre. Edipo, sin embargo, no estaba contento con sus respuestas y acudió al oráculo de Delfos, quien le pronosticó aquello mismo que ya había dicho a los reyes de Tebas, aconsejándole además, que nunca volviese al lugar que le había visto nacer. Al oír esas palabras Edipo prometió no volver jamás a su tierra, Corinto, y emprendió camino hacia la Fócida. Estando en viaje se encontró a cuatro personas que viajaban en un carro, sobre el cual se hallaba un viejo que amenazó con arrogancia a Edipo si éste no se apartaba del camino. Hubo una disputa entre ambos, y, finalmente, Edipo mató con su espada al viejo anciano. Ese anciano era Layo, el padre que nunca había conocido. La desgracia que sobre Tebas cayó con la muerte de su rey se vio acrecentada con la aparición de la Esfinge, un horrible monstruo enviado por Dionisio, o, según otras versiones, por Hera. La Esfinge tenía cabeza, cara y manos de doncella, voz de hombre, cuerpo de perro, cola de serpiente, alas de pájaro y garras de león y desde lo alto de una colina detenía a todo aquel que osase pasar junto a ella haciéndole una compleja pregunta cuya ignorancia provocaba la muerte a manos de la Esfinge. Los desgraciados eran ya miles.

Creonte, hermano de Yocasta, y nuevo rey, prometió dar la mano de su hermana, y, por lo tanto, el trono de Tebas a aquel que consiguiese descifrar el enigma de la Esfinge. Dicho enigma era: "¿cuál es el animal que por la mañana tiene cuatro pies, dos al mediodía y tres a la tarde?". Edipo que deseaba la gloria más que nada y que disponía de una sagacidad sin límites dio respuesta al misterio de la Esfinge diciendo "el hombre que en su infancia anda sobre sus manos y sus pies, en la edad viril solamente sobre sus pies y en su vejez ayudándose de un bastón como si fuera un tercer pie". La Esfinge, enormemente furiosa porque alguien hubiera desvelado el secreto, se suicidó abriéndose la cabeza contra una roca. Edipo se casó pues con Yocasta y vivieron felices durante muchos años teniendo por hijos a Etéocles, Polinice, Antígona e Irmene. Sin embargo, llegó el día en que una peste comenzó a arrasar toda la región, sin que tuviera remedio alguno, y el oráculo de Delfos informó de que tal calamidad solo desaparecería cuando el asesino de Layo fuese descubierto y echado de Tebas. Edipo animó concienzudamente las investigaciones como buen rey que era pero éstas descubrieron lo que realmente había ocurrido: había matado a Layo, su padre y se había casado con Yocasta, su madre. Según otras versiones, el asesinato se descubrió porque Edipo le enseñó a Yocasta el cinturón del anciano al que había matado, y que Edipo robó por su valía. Yocasta, después de este descubrimiento se suicidó y Edipo, abrumado por la gran tragedia, creyó no merecer más ver la luz del día y se sacó los ojos con su espada. Sus dos hijos le expulsaron de Tebas y Edipo se fue al Atica donde vivió de la mendicidad y como un pordiosero, durmiendo en las piedras. Con él viajaba Antígona que le facilitaba la tarea de encontrar alimento y le daba el cariño que requería.

Una vez, cerca de Atenas, llegaron a Colono, santuario y bosque dedicado a las Erinias, que estaba prohibido a los profanos. Los habitantes de la zona lo identificaron e intentaron matarlo pero las hermosas palabras de Antígona pudieron salvar su vida. Edipo pasó el resto de sus días en casa de Teseo, quien le acogió misericordiosamente. Otra versión afirma que murió en el propio santuario pero antes de expirar Apolo le prometió que ese lugar sería sagrado y estaría consagrado a él y sería extremadamente provechoso para todo el pueblo de Atenas.

Tiresias

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En la mitología griega, Tiresias fue un adivino ciego de la ciudad de Tebas; fue uno de los dos adivinos más célebres de la mitología griega: el otro fue Calcas. Hijo de Everes y de la ninfa Cariclo, Tiresias tuvo dos hijas: Manto y Dafne. Tiresias es un adivino que aparece en todos los fragmentos mitológicos relacionados con Tebas, desde la época de Cadmo hasta la expedición de los Epígonos: fue Tiresias quien aconsejó que se entregara el trono de la ciudad al vencedor de la Esfinge y, más tarde, sus revelaciones conducirán a Edipo a descubrir el misterio que rodeaba su nacimiento y sus involuntarios crímenes. También aparece este adivino en el Canto XI de la Odisea: el héroe Odiseo, con el fin de averiguar las circunstancias en que se desarrollará su regreso a Ítaca, viaja al Hades para consultar a Tiresias.Tiresias fue uno de los más famosos videntes de toda Grecia, a pesar de que era físicamente ciego. Dicha ceguera le fue provocada por Atenea, a quien Tiresias encontró bañándose desnuda. Sin embargo, Atenea también le recompensó con el don de la profecía y le entregó un bastón o varita mágica con el que Tiresias podía desenvolverse incluso mejor que cualquier otra persona. Tiresias, nacido en Tebas era hijo de la ninfa Cariclea, que vivía en la corte de la diosa de la sabiduría. Una leyenda afirma que Tiresias había vivido transformado una época en mujer y Zeus y Hera le preguntaron qué sexo gozaba más con el amor. Tiresias respondió que, sin lugar a dudas, la mujer, y nueve veces más. Hera se enojó enormemente y, según esa leyenda fue ella quien le causó la ceguera. Zeus, por contra, le prometió una larga vida, de tal forma que Tiresias vivió durante más de doscientos años. La muerte de Tiresias sobrevino durante la guerra de los Epígones, mientras intentaba huir de su belicosidad. Fue el único profeta que mantuvo sus poderes en el mundo de los infiernos. Entre sus hijos se contó Manto, que retuvo los poderes proféticos de su padre.

Arpias

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En la mitología griega, las Harpías o Arpías eran inicialmente seres con apariencia de hermosas mujeres aladas, cuyo cometido principal era hacer cumplir el castigo impuesto por Zeus a Fineo: valiéndose de su capacidad de volar, robaban continuamente la comida de aquél antes de que pudiera tomarla. Esto las llevó a pelear contra los Argonautas. En tradiciones posteriores fueron transformadas en genios maléficos con cuerpo de ave de rapiña, horrendo rostro de mujer, orejas de oso y afiladas garras, que llevaban consigo tempestades, pestes e infortunio. Esta es la forma que acabó por imponerse y que ha pervivido hasta la actualidad.Las Arpías o Harpías, eran las hijas de Poseidón según unas versiones y de Taumante, hijo de Ponto y Gea, según otras, las Arpías eran tres horribles monstruos alados con cabeza y pecho de viejas mujeres y cuerpo y alas de garras de presa, en concreto, buitres. Las Arpías eran profundamente desagradables, emanaban unos asquerosos efluvios y corrompían todos aquellos alimentos que tocaban. Existían una gran cantidad de Arpías aunque no todas son conocidas. Entre ellas cabe nombrar a Aelo, que significa "borrasca" y que se caracterizaba por su veloz vuelo, a Celeno, oscura como las nubes de las tormentas y la más malvada de todas y a Ocípete, la que poseía la mayor furia. La localización geográfica de la residencia de las Arpías es difusa, se pensaba que podían vivir en las islas Estrofiades, también llamadas Islas del Regreso, dentro del Mar Jónico, o en pasadizos subterráneos de Creta.

Cuando las Arpías volaban eran tremendamente veloces. Este hecho, unido a los males que conllevaban, provocó que se las considerara similares a los vientos tormentosos. Las Arpías fueron confundidas en algunos momentos de su historia con las Sirenas, con las Gorgonas y con las Grayas, relaciones todas ellas que vienen dadas por su maldad y deformidad y por considerárselas a todas en grupos de tres. Uno de los principales mitos en los que aparecen es en su tarea de impedir alimentarse a Fineo. El origen histórico de las Arpías es también complejo. Existen algunas fuentes que consideran que se las identificó con una plaga de langosta que arrasó toda Asia Menor y después Grecia causando grandes pérdidas humanas y problemas de malnutrición.

También se las ha considerado divinidades maléficas mensajeras de los vientos y en la creencia popular han sido vistas como vengadoras divinas. Las Arpías, cuyo nombre sugiere la idea de "arrebatar" fueron también consideradas, en sus inicios, unas hermosas mujeres, aunque esa imagen de ellas duró poco tiempo. Sobre los males causados a Fineo.

Eros y Psique mito resumen

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Psique, también conocida como Psiquis, era la menor de las tres hijas de un rey de Asia. Su hermosura no tenía comparación, pero por contra, su carácter era profundamente insufrible. Había sido malcriada y ya nada podía formalizarla, incluso sus gustos eran tremendamente volubles, tal una mariposa o el soplo de la brisa. Hubo un hermoso, joven, amable e inteligente príncipe, el propio dios Eros que se enamoró profundamente de ello urdiendo un plan para conquistarla. Descubrió que lo de que verdad atraía a Psique era la curiosidad, un estado que en ella se convirtió en pasión. Por eso, Eros cubrió todos sus actos de un gran misterio. Eros se apoderó de un hermoso bosque, en el que hizo construir un enorme y suntuoso palacio en el que introdujo todo aquello que pudiese ser placentero para la vista, que deleitase el oído o que halagase el olfato.

Hasta allí fue atraída Psique y escuchó una voz que le dijo: "tú eres la señora de este palacio, ordena lo que quisieres y serás inmediatamente obedecida". La joven doncella no lo dudó un momento y empezó a solicitar diferentes presentes quedando enormemente impresionada de los bellos muebles y telas que se le acercaban, los empalagosos perfumes que la rodeaban, las frutas de exquisito sabor que degustaba y, sobre todo, los múltiples criados que se le acercaban para servirle.

La curiosa Psique quiso saber a quién debía tantos favores y preguntó a sus hermanas, criadas, amigas y conocidas pero de ninguna obtuvo respuesta. De día, Eros permanecía oculto y por la noche corría entre la hierba, se acercaba a Psique, la observaba y le pedía que le prometiera que no se casaría con nadie más.

Cuando Eos, la Aurora, despuntaba en el horizonte, Eros desaparecía como había venido dejando en profundo tormento a Psique que no hacía más que preguntar por su benefactor. Las hermanas de Psique, mientras, carcomidas por la envidia que les producía tantos halagos y regalos por parte del misterioso príncipe, se regodeaban en su desesperación y la hacían sospechar contra él diciendo que podría tratarse de un monstruo o vampiro que la mataría cuando tomara confianza. Sus hermanas le facilitaron una lámpara y un puñal para que intentase descubrir a su amante y lo matase si sus sospechas fuesen fundadas. Esa noche, cuando Eros estaba recostado en su diván descansando, Psique se le acercó ansiosa intentado buscar el rostro de su bienhechor, cuando se acercó a él y lo vio exclamó excitada "¡Dioses inmortales! ¡Qué veo! ¿Es éste el monstruo que tanto temía yo y que mis hermanas me habían pintado con tan vivos colores? Es el mismo Eros, en la flor de su adolescencia. ¡Oh, felicidad infinita! Es él quien me pretende por esposa". En su regocijo Psique derramó cera de la lámpara en el rostro de Eros quien se despertó y la contempló sobresaltado diciendo "Ingrata Psique. Ahora me conoces ya. Tu felicidad dependía de tu ignorancia. Yo no puedo ser tuyo". En ese momento todo el palacio desapareció y Psique quedó en un enorme desierto desolado en el que solo se oía el rumor de una fuente. Psique intentó suicidarse allí pero las aguas la depositaron en la orilla. Entonces, Psique acudió al oráculo de Afrodita, madre de Eros, pero ésta, que estaba enormemente disgustada porque había sido capaz de enamorar a Eros y celosa de su belleza, lejos de ayudarla la confinó a horribles trabajos a los que Psique se dedicó rauda, pues pensaba que así podría pagar su culpa. Primero tuvo que llenar un cántaro de agua cenagosa de una fuente guardada por cuatro dragones y después tuvo que cortar un poco de lana de unos violentos carneros de lo alto de una larga cima.

En su tercera encomienda, Afrodita encargó a Psique que fuera al inframundo a pedirle a Perséfone un poco de su belleza en una caja pero le indicó que no podía abrirla pues no merecía más atractivos. Psique consiguió lo que se le encargó, pero cuando, muerta de curiosidad, abrió la caja, su cara se llenó de una negra ceniza y un espejo le mostró su horrendo rostro. Psique cayó desmayada y fue llevada al altar de Afrodita, desde donde le dirigió una plegaria. Estando en este trance, se le apareció Eros, y la enormemente sorprendida y exhausta Psique no pudo más que implorar perdón. Eros, enorgullecido por tanta muestra de sumisión le quitó su máscara y la desposó, no habiendo nunca unión más perfecta ni más feliz. Para mayor regocijo, Zeus la convirtió luego en inmortal. Según otra versión, la gota de cera derramada sobre Eros le deformó la cara y Afrodita, en venganza, la mató, pero sobrevivió gracias a Zeus.

Esta última versión no está muy extendida. La historia de Psique, contada magistralmente por Apuleyo, constituye un precedente muy importante en toda la mitología clásica, pues es la primera vez en la que un amor entre un dios y una mortal, lejos de basarse en la pasión, la sensualidad y el aspecto físico, tiene un trasfondo enormemente espiritual pues Psique es la personificación del alma. Es ésta una historia de amor platónico. Eros amaba a Psique y Psique amaba a Eros.

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Vestales

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Las vestales debían ser vírgenes, de padre y madre reconocidos, y de gran hermosura. Eran seleccionadas por el Pontífice Máximo a la edad de seis a diez años. Su mayor responsabilidad era mantener encendido el fuego sagrado del templo de Vesta, situado en el Foro romano por lo que tenían restringidos sus movimientos. Estaban liberadas de las obligaciones sociales habituales de casarse y tener hijos, y tenían voto de castidad para dedicarse expresamente al estudio y correcta observancia de los rituales estatales que no podían efectuar los colegios sacerdotales masculinos, como la preparación de la mola salsa que se utilizaba en sacrificios estatales. Estaban tocadas con un velo en la cabeza y portaban una lámpara encendida entre las manos.
Todos los dioses tenían a su disposición una casta propia de sacerdotes que se encargaban del cuidado de sus respectivos templos. Sin duda, uno de los grupos de sacerdotisas más destacado sea el de las Vestales, jóvenes consagradas a la diosa Vesta, conocida en Grecia como Hestia. La selección de las Vestales, cuyo número pasó de cuatro a seis, correspondía en un principio a los reyes pero después esa atribución se le trasladó a los pontífices. Las Vestales debían ser niñas de entre seis y diez años pertenecientes a una clase social libre y no podían tener ningún defecto físico.

Cuando eran aceptadas se les cortaba el cabello y se las vestía con una gran túnica blanca llevando en sus quehaceres diversos tipos de velos. Las Vestales debían cuidar de que jamás se apagase el fuego eterno del templo de Vesta porque éste representaba el porvenir del imperio. Si alguna vez el fuego se extinguía las Vestales recibían severas palizas y todo el mundo entraba en profunda depresión y pánico ante lo que pudiera suceder hasta que los sacerdotes reavivaban de nuevo el fuego usando directamente los rayos del sol. Las Vestales debían guardar un total celibato y tanto las adúlteras como los hombres que abusaran de ellas eran castigados con la pena de muerte. La muerte de las Vestales no era, sin embargo, igual a las del resto: en medio de espantosas ceremonias en las que se recordaba a las divinidades más malignas, la Vestal castigada debía bajar a su propia tumba, donde se la encerraba con una lamparilla, algo de aceite, un pan, agua y leche. Así pues, la infortunada moría de inanición. A pesar de todos estos horrores, las Vestales que cumplían su deber recibían múltiples honores. Todos los magistrados, y por supuesto, las gentes de menor clase les cedían el paso. Su palabra era digna de crédito por sí sola en los juicios y si se encontraba por la calle un reo solo con afirmar que el encuentro era fortuito, éste quedaba en libertad. Todos los secretos del estado le eran confiados y también se les reservaba el mejor sitio en el circo. Además, todos sus gastos eran responsabilidad del Estado de por vida. Después de treinta años consagradas a esta labor, podían abandonar sus funciones y casarse, pero perdida su juventud, la mayoría se quedaba al cuidado de las novicias que allí ingresaban.

Inmortales y Puros. Dioses Mitologicos

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Aunque los dioses tenían un cuerpo similar al de los seres humanos, sin embargo no nacían, crecían o se desarrollaban como ellos.

El mismo Apolo, por ejemplo, en cuanto Temis -personificación de las leyes sagradas y de la conducta a seguir- se dispone a darle por primera vez el néctar y la ambrosía, pasa de recién nacido a joven en unas pocas horas. Pleno de facultades, elige como atributos, para no abandonarlos nunca, a su arco y a su lira.

Lo mismo sucede con Hermes o Mercurio, dios del comercio y de las transacciones monetarias y de quienes practican las artes liberales, que apenas acababa de nacer cuando ya intentó robarle los rebaños al propio Apolo, el cetro al poderoso Zeus, el tridente a Artemisa y el ceñidor a Afrodita. Esto hace que también se le considere el dios de los ladrones y embaucadores. A pesar de que también intentó robarle el rayo a Zeus y, al quemarse, tuvo que cejar en su empeño, el rey de los dioses le perdonó y hasta lo trajo al Olimpo para que actuara como su asesor y consejero. Claro que antes ya había derribado a Eros o Cupido para quitarle las flechas y el carcaj, lo cual puede explicar la falta de afecto y amor en determinadas épocas históricas.

Sin embargo, la mayor ventaja que los dioses poseen sobre los humanos no es, solamente, su eterna juventud y belleza y la total ausencia en ellos de cualquier enfermedad o dolencia, sino su eterna prestancia, su inmortalidad. Los dioses no envejecen, ni pierden facultades, físicas o espirituales, ni mueren. He aquí las grandes diferencias entre ellos y los humanos.

Aunque, en alguna ocasión, los dioses podían cometer alguna fechoría derivada de la envidia o de los celos, lo cierto es que aborrecían toda injusticia y toda maldad: despreciaban lo impuro y castigaban a los humanos que infringían las normas morales y éticas.
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